Tecnología e innovación
La convergencia entre tecnología y ciencia es la pieza clave para mejorar la salud y el medioambiente


Francisca Echeverría, nutricionista e investigadora, analizó el impacto de las nuevas herramientas en la nutrición chilena. Desde la inteligencia artificial hasta los alimentos sostenibles, planteó que la innovación científica es clave para enfrentar los desafíos del cambio climático y el envejecimiento poblacional.

En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, su influencia en la salud y en los alimentos es cada vez más evidente. Francisca Echeverría, dietista y científica, sostiene que la tecnología ha transformado tanto la práctica profesional como la investigación en el campo de la nutrición, abriendo puertas a colaboraciones globales y soluciones innovadoras para los problemas actuales.
«El uso de la tecnología permite la comunicación en tiempo real con personas que se encuentran en diferentes regiones«, afirmó Echeverría, destacando cómo esto ha facilitado la colaboración entre dietistas y profesionales de otras disciplinas. Gracias a las plataformas digitales, es posible realizar magísteres y cursos a distancia, lo que ha enriquecido la formación de nuevos investigadores. No obstante, advirtió sobre la sobrecarga de información que supone el uso de internet y las tecnologías emergentes.

Uno de los avances más innovadores en el campo de la nutrición es la aplicación de la inteligencia artificial (IA) y los modelos matemáticos en la creación de productos alimentarios más saludables. La investigadora aseguró que los estudios actuales se enfocan en comidas de origen vegetal y aquellos cultivados en laboratorio, marcando una tendencia hacia opciones más sostenibles y funcionales. También resaltó que se están implementando procesos más eficientes para mantener la calidad y prolongar su vida útil.

En este contexto, la industria alimentaria también ha visto una creciente demanda de productos que no solo sean nutricionalmente beneficiosos, sino que también consideren aspectos éticos y ambientales. Echeverría mencionó que actualmente los consumidores están cada vez más interesados en cómo se producen los alimentos, valorando aquellos que tienen una menor huella ambiental: «El desarrollo de alimentos que respeten tanto la salud humana como la sostenibilidad ambiental es un área de creciente interés«.

La tecnología también ha permitido a los profesionales mejorar su práctica diaria. La nutricionista comentó que herramientas como las aplicaciones móviles han transformado la forma en que los profesionales monitorean la ingesta de nutrientes de sus pacientes y proporcionan recomendaciones dietéticas personalizadas. Además, señaló que las plataformas de telemedicina han facilitado la atención a distancia, pudiendo ofrecer asesoramiento y seguimiento sin la necesidad de consultas presenciales.

Otro avance importante es el uso del análisis de datos en tiempo real. A través de estas herramientas, los dietistas pueden obtener información inmediata sobre los hábitos alimentarios de sus pacientes, lo que les permite ajustar las recomendaciones en función de las necesidades individuales de cada persona. «El análisis de datos en tiempo real ha cambiado la forma en que entendemos y tratamos la nutrición«, subrayó Echeverría. Esta capacidad de personalización es crucial en un mundo donde los problemas de salud relacionados con la alimentación, como la obesidad y las enfermedades crónicas, continúan aumentando.

En cuanto al futuro de la investigación en nutrición, la profesional identificó el envejecimiento poblacional y el cambio climático como los principales desafíos que enfrenta la sociedad. Los trabajos actuales se centran en mejorar la calidad de vida de las personas mayores y en el manejo de enfermedades crónicas, como el cáncer y la obesidad. Además, recalcó la importancia de estudiar patrones alimentarios sostenibles que puedan tener un impacto positivo en la salud y en la preservación del medioambiente.

La investigadora también destacó el rol fundamental que juega la educación en este proceso de cambio. Para ella, no solo los profesionales de la nutrición deben estar actualizados con los últimos avances tecnológicos, sino que la población general también debe ser educada en la importancia de la sostenibilidad alimentaria. Esta conciencia colectiva, sumada a los avances tecnológicos, puede generar un cambio positivo en los sistemas alimentarios globales.

Mientras que el cambio climático representa un reto urgente para la seguridad alimentaria. «La sequía y los desastres naturales tienen un impacto en la seguridad alimentaria y la biodiversidad«, señaló Echeverría. Por ello, aboga por el desarrollo de estrategias innovadoras que permitan que los sistemas alimentarios sean más resilientes. Sin embargo, advierte que el gasto en investigación y desarrollo (I+D) en Chile sigue siendo muy bajo, limitando la capacidad de abordar estos desafíos.

La seguridad alimentaria no solo se ve afectada por los desastres naturales, sino que también por la falta de acceso a alimentos saludables y nutritivos. La nutricionista subrayó que el hambre oculta, caracterizada por el sobrepeso u obesidad combinada con la deficiencia de micronutrientes, es una problemática creciente tanto en Chile como en el resto del mundo: “Es necesario enfocar la investigación hacia soluciones que permitan garantizar la disponibilidad de alimentos nutritivos para todos”.

Finalmente, Echeverría resaltó la importancia de la innovación tecnológica en el programa científico de los próximos años, subrayando que el desarrollo de alimentos saludables y sostenibles es de particular interés: «La sociedad demanda investigación aplicada que dialogue con la investigación básica«. A través de la ciencia y la tecnología, la nutrición no solo busca mejorar la salud de las personas, sino también proteger el medioambiente.

 

 




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Francisca Echeverría
Nutricionista e investigadora

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